sábado, 17 de enero de 2015

"Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga" Homero

Hay un problema que sacude nuestra sociedad, que ciertamente ha pasado desapercibido en muchas personas. Este, no es otro que las consecuencias más extremas de la crisis que han sufrido algunos conciudadanos. Muchas familias se han visto desembocadas a la más pura miseria debido a la pérdida de empleos y a la escasez de ayuda.

Variedad de veces, creamos un estereotipo acerca de los vagabundos: "son personas que han sucumbido las drogas, y no han podido ganar dicha batalla". Es cierto que hay un pensamiento generalizado, por el cual si llegas a un punto tan extremo, es debido a que de alguna forma te lo mereces (falta de voluntad, debilidad ante las adversidades, vagueza...)

Multitud de personas, algunas de ellas con sus respectivas familias, han perdido su empleo de forma fulminante. Por ello, las fuentes de ingreso se han visto reducidas hasta la más completa nada.
Ante esta tragedia, muchos de ellos no cuentan con familia que les pueda "sostener" en esta mala época, por lo que se ven abocados a medidas desesperadas.

Los más moderados se limitan a pedir limosna exponiendo sus dramas. Esta es la primera medida, pero rara vez, sirve para poder mantener un nivel de vida digno, por ello los delitos están a la orden del día. No suelen ser de una gravedad notable, ya que son producidos por gente carente de peligrosidad, pero sí que revierte negativamente en nuestra sociedad. Habría que preguntarse si ellos son los realmente culpables de esta situación, ya que no es difícil afrontarse a este abismo.

Y recordemos que aunque los ingresos pueden frenar repentinamente, los gastos no conocen la pausa en su desarrollo. Es necesario revertir esta tendencia, ya que si ignoramos este problema, podemos ser los próximos en tener que afrontarlo.