martes, 9 de diciembre de 2014

Madrid, preciosa por dentro, un tal peculiar por fuera

Calles tan históricas como la Gran Vía, lugares tan memorables como la Puerta del Sol, o construcciones tan emblemáticas como el Edificio España, son las zonas que embellecen a la capital.
Sin embargo, no se habla de la parte negativa de la ciudad. Uno de los factores más negativos es, sin duda, la Cañada Real Galiana.















A primera vista pensarás que se trata de un país tercermundista, pero la realidad es que esto, es lo que se ve cuando te adentras un poco más en la periferia de la capital.

Este asentamiento chabolista, situado al sur de Madrid, se ha convertido en uno de los mayores puntos de venta de droga en nuestro país, así como la venta de armas. Ha facturado una cifra de 1927 detenidos en los últimos dos años, donde se han desarticulado hasta trece clanes de la droga, con el derribo de 108 búnkeres.

A pesar de la detención de grandes clanes como "los emilios" o "los gordos", nuevas familias se han ido adueñando de la Cañada Real para seguir con la venta de estupefacientes, esta vez, en casetas de obra y caravanas.

Es muy común la presencia de drogodependientes que van cada día a por su dosis, utilizando como medio de transporte, coches particulares de personas que les cobran por el recorrido. Este "chanchullo" realizado por multitud de ciudadanos de nuestra ciudad, es un tanto negativo, ya que incita al toxicómano a seguir consumiendo su dosis diaria, pero de algún modo también ayuda a los mismos transportistas, ya que lo suelen hacer personas que carecen de un puesto de trabajo y pretenden seguir adelante con la familia.

La última noticia fue la de un hombre en estado grave, al ser rociado con un líquido inflamable. Son hechos que suceden todos los días, pero a los que se da poca importancia y se intenta de algún modo "esconder" de la sociedad.

El Gobierno planteó en su momento el derribo del poblado chabolista, con el fin de edificar sobre esas tierras, propuesta que todavía no se ha llevado a cabo, y quién sabe si se llevará a cabo algún día.







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